viernes, 28 de diciembre de 2012

Balance anual.

 
 
Llegó y está por marchar el tan amado y odiado mes de diciembre... final del año; donde uno acostumbra analizar su vida, sus días y hacer un balance anual; donde se sopesan los aciertos y errores, lo positivo y negativo del ciclo que termina. Donde se examina lo que hay que cambiar para que esta empresa particular que es mi vida: crezca!
Diciembre, mes de sensaciones ambiguas: por un lado la extraña melancolía que me invade sin ser invitada (invariablemente) a final de año y por otro lado la alegría de los festejos, de los preparativos de las fiestas... los simples goces como el adornar un pino navideño o colocar el nacimiento; las risas con mis hijas al tratar de envolver "dignamente" los obsequios, las texturas y colores de las frutas... y el aroma que se impregna en mi casa después de preparar un ponche caliente, la felicidad contagiosa de los pequeños y el contaminarse sanamente de sus ilusiones, sus fantasías y sus grandes esperanzas.
En este año que culmina, el balance ha sido sumamente difícil... las pérdidas fueron cuantiosas, con el riesgo de la quiebra permanente, año de cambios sumamente complejos, de decepciones enormes, de traiciones hirientes y de tristezas tercas... muy tercas.
Año donde descubrí que la falsedad puede estar tan infinitamente cercana a uno y se disfraza con sonrisas y fraternidad; días donde la confianza se daño, donde coleccione decepciones y una que otra traición... algunas ganadas y otras sin razón; días donde momentáneamente se me escapó la fe y que hicieron que perdiera la credulidad y la inocencia... noches desgarradoras de llanto incesante y de demonios desenterrados, de heridas profundas que tardaron en sanar (o aún están sanando) y de fracturas irreparables.
Año de dolorosas despedidas; donde no se esperaba y menos se deseaba el adiós... donde tuve que resignarme a extrañarlos y desearles buena suerte; donde tuve aprender a aceptar que la vida es un trayecto con muchos caminos convergentes y divergentes... y algunos se van por otro sendero por que simplemente es ley de vida que "sigan cada uno su camino" ; año de pérdida de ángeles terrenales... que este año ganaron sus alas y partieron a abrirnos camino en el cielo (al menos eso quiero creer)... sin duda alguna, un año de miles de tropiezos, de pequeñas y grandes caídas.
Y tal vez todo podría decir que la balanza se inclina a lo negativo y que fue un mal año; lo reconozco... este año permití que me robaran la confianza, la alegría y hasta la empatía en algún momento... pero no me permití a mi misma perder la esperanza y el agradecimiento.
Así que también hago recuento de mis ganancias, las cuales han sido de mayor valía: días luminosos de bienvenidas y de reencuentros sorpresivos, de volver a abrazar a los antiguos amigos,  a esos que extrañaste por años y que son parte de tus mejores recuerdos infantiles... de cafés familiares y de noches tibias resguardadas en un abrazo.
Días donde mis lágrimas fueron enjugadas con cariño y paciencia de una mano amiga, donde el dolor me dejó el aprendizaje maravilloso de dar importancia a lo verdaderamente importante, y  la cautela de confiar solo en quien lo merece; maravillosos momentos de complicidad y risas con los pocos, pero verdaderos amigos... esos que permanecen a pesar de los años y las distancias... esos, que se afianzan con las dificultades en lugar de debilitarse. Días en los que me debilite y Dios envió ángeles para tomarme de la mano y ayudarme a no perder la fe, a levantarme de mis caídas y a reforzar mi confianza en el mañana, fortaleciendo mi confianza en mi misma.
Momentos de complicidad; donde algunas personas (cercanas y no tanto) me dieron algo irrecuperable: su tiempo... y me obsequiaron una perla valiosísima: su confianza, donde me dieron la oportunidad de ser útil;  de ser instrumento de la vida al sembrar en ellos, como otros en mí, una semilla de esperanza.
Tiempo lleno de belleza en los momentos más simples y cotidianos: en el aroma del café matutino, en la risa contagiosa de mi hija menor y en los mimos y nobleza de la mayor de mis retoños, en su solidaridad incondicional; en el abrazo de aquel amigo que volvimos a darnos después de tanto tiempo, en sus consejos sabios,  en su sentido del humor y en su explosiva risa ; en la voz a través del teléfono que sembró esperanzas, en la mirada radiante de quien te extraño en casa y te ve con amor: con un amor renacido y transformado;  en los sueños plagados de fantasías, en las palabras dulces de los compañeros de tantos años, de esos amigos que se han convertido en familia por elección; en los recuerdos evocados con cariño, en la risa tímida que se transforma en sonoras carcajadas por las bromas simplonas y las charlas "tontas" de una que otra tarde; en el deleite de la música, que nos hace pensar y suspirar; en el aroma de un libro nuevo y de el placer de leerlo tumbada al sol en la playa, acompañada de un buen vino...en el sabor de un queso maduro y unas palomitas de maiz, sentada en el piso de la sala disfrutando la compañia de mis hijas; en el simple acto de compartir lo cotidiano con mi familia.... y con quien quiero y me quiere bien.
Así que, cerrando el balance, gracias a Dios concluyo que, a pesar del recuento de los daños y de las pérdidas,  este TAMBIÉN ha sido un gran año... un fabuloso año de vivencias y sobre todo de  aprendizaje, año de adióses y bienvenidas; año de cambios constantes como el fluir de un río, de "podas" necesarias para poder crecer como robles, fortalecidos por la experiencia; año de infinitas bendiciones y de grandes motivos para sonreír... año de pequeñas muertes y grandes renacimientos... un año para dar agradecimiento, por que  hay tanto, tanto!!! por lo que decir: gracias !!!!
 Un año para cantar y seguir sonriendo... por que aún tengo pulso, aun tengo emociones y aun tengo esta vida para equivocarme y acertar, para sentir, para creer, para soñar, para seguir creciendo... para simplemente vivirla!!!
¡Gracias a todos, por ser parte de un año mas de esta maravillosa vida!
Vicky Arizpe Butrón ( Sayuri ♥)

No hay comentarios:

Publicar un comentario