martes, 15 de enero de 2013

Siempreviva



Nací del vientre de la tierra,
y del soplo del viento del norte
fabricada de cal y arena;

de alma errante como aire
y de pies firmes como raíces...
creciendo indómita
en este mundo de falsas creencias,
de hombres de promesas rotas
y de mascaradas.
Crecí entre sombras de bosques
y entre olas de mar,
entre murmullos de río
y despertar de jardines.
Hasta que conocí tus ojos
y me adentre en su abismo,
caí en ellos y no fui mas arena...
me volví fuego,
tímida chispa que al contacto con tus manos
se volvió brasa,
brasa que al sentir tu piel
se volvió hoguera...
llama que se extinguió
cuando tu amor se acabó.
Morí.... morí mil veces lentamente
desvaneciéndome en sal de lágrimas,
diluyéndome en ilusiones caídas;
me volví cenizas de olvido...
me convertí en silencio.
Silencio y oscuridad...
hasta que la brisa levanto mi esencia
y me fundí nuevamente con el universo...
en el infinito fui polvo de estrella
luz errante sin destino,
hasta que el amor supremo me inyectó vida
y volví a este mundo del cual surgí...
renací convertida en suspiro y susurros;
siempreviva entre los recuerdos;
renaciente en cada primavera,
en las promesas de los que sueñan,
en la esperanza de los que creen
y entre los besos de los que aman.

  Vicky Arizpe B. Sayuri

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