martes, 29 de octubre de 2013

Del cielo al infierno


Voy inmersa en el oleaje de tus emociones,
atada voluntariamente en el vaivén de tus sensaciones;
tocando contigo... y por ti
el abismo de tus tristezas
y besando el fondo de tus frustraciones;
para remontar nuevamente el vuelo
hasta la cúspide de tus alegrías.
Abrazada a tu cuerpo, 
flotando en tu risa sonora
que adorna tus días de luz
y cayendo nuevamente al vacío de tus silencios
arrastrando contigo las cadenas
de tus días de sombras...
cargando tu cruz,
luchando con tus demonios.
Mi alma es tan frágil como la tuya,
desgastada en esta oscilación constante
del cielo al infierno en segundos...
de la oscuridad a la luz en un "te quiero"
del purgatorio al edén en cada te amo.
Me desprendo de una parte de mi 
en cada caída...
pierdo plumaje en cada vuelo 
y me encoje la apatía, 
me mata el silencio...
y me renace el alma como ave fénix
en cada beso.

Vicky Arizpe B. ©

lunes, 14 de octubre de 2013

Crimen perfecto.



Cientos de noches planeando 
como desaparecer tu recuerdo...
miles de planes fallidos, 
ocasos y amaneceres, 
dichosa o penosamente 
herida de muerte; 
con el amor clavado en el costado
con la imagen de tu piel morena
dibujada en mis pupilas.
Nuevamente... confabulando con la noche,
de cómplice y consejero un vaso de tequila
y la misma canción sonando repetida; 
acordes de fondo 
para mi tendencia homicida. 
Nuevamente... haciendo planes 
para erradicar la añoranza; 
dándole besos de cianuro a tu fantasma
apuñalando con reproches 
a tu ausencia. 
Hoy, me he vuelvo la perfecta criminal;
los diarios de mañana nada dirán 
de la tonta enamorada
que por fin asesino tu recuerdo
con el filo de la razón tardía .

Vicky Arizpe B. (Sayuri) ©


miércoles, 9 de octubre de 2013

Nota póstuma.


No se culpe a nadie... 
de mi muerte en vida; 
no hay cómplices, ni victimario
esto fue un suicidio. 
Yo le dí las armas para destruirme,
le regalé mis debilidades, 
le informé de mis culpas 
y me atormentó en mis errores. 
Yo le entregué el poder 
como daga pulida...
le mostré todas mis heridas
y gustosa toleré el martirio.
La confianza y la fe ciega 
que le entregue
tejieron poco a poco 
la fuerte soga que me puse al cuello.
Que no se culpe a nadie...
por saltar del banquillo 
de una torpe ilusión...
Que no se culpe a nadie... 
por mi terrible caída 
en el vacío de la realidad.

Vicky Arizpe B. (Sayuri)