lunes, 29 de mayo de 2017

Ojos vendados


En penumbras y en silencio absoluto,
te espero y anticipo tu llegada;
anunciada por tu aroma a mar

y el sonido firme de tus pasos acercándose.
Tendida sobre sábanas pastel
humedeciendo los labios,
mordiendo al deseo
sin ver tu cuerpo deslizarse por la estancia;
ojos vendados recreando tu imagen en mi memoria
para trazar una ruta que seguiré a oscuras.
Muslos entreabiertos, invitando
piel desnuda , voluptuosa, incendiada
despojada de complejos y de miedos
resollando, inspirando...
cada vez más intenso
a medida que tu paso se va acercando.
El sonido de tu voz en la habitación
diciendo solamente: ¡he llegado!
sin mas sonidos que rompan este encanto.
Tus pupilas entendiendo sin palabras el convite,
manos a ciegas descubriendo tu piel caliente;
dedos presurosos a dar caricias
labios ávidos de besos
dientes, clavándose en el cuerpo
y uñas arañando el anhelo.
En segundos, masas de piel abrazadas
adheridas... fusionadas
sin palabras, sin sonidos
solo leves quejidos acompasados
danzando con un ritmo trepidante
y después un vals en calma;
rompiendo el silencio
repitiendo un "te quiero".

©Vicky Arizpe B.

jueves, 25 de mayo de 2017

Amando al olvido



Ya no queda mas amor;
no por ti, 
ese sentir se ha desplazado,
se ha mudado a los recuerdos
y se acompaña del silencio.
Ahora... ya no te amo...
Amo a mi soledad,
que me conforta y abriga
en estos días irónicos
tan llenos de sol que calienta el cuerpo, 
y de frío interior que congela el alma...
Amo a la memoria
que me protege de la gélida ausencia
que dejaste en este eterno invierno,
sin esperanzas que vuelva la primavera...
memoria que me permite recrearla
cuando necesito una rosa floreciente
o abrazar el tonto consuelo de una mentira. 
Amo al silencio...
que le da mesura a mis palabras,
ese, que me frena
para que sólo en el pensamiento
pueda gritar ¡aún te quiero!
Amo a la sensatez que erradicó
la locura de amarte,
el delirio de tocarte...
el vicio de buscar tu boca por las noches
y de abrazarme a tu cuerpo para dormir.
Amo a la melancolía...
que me permite seguir viva,
dosificándome los ayeres que ya no existen
como medicina contra el dolor
como mísero placebo 
a esta pequeña muerte. 
Inclusive, amo al retornado orgullo
que me impide llorarle
a un amor que solo en mí existió...
que me muestra clara mi tonta ilusión.
Y también...
sé que también, amaré al olvido...
maldito invitado que no ha llegado...
pero que espero paciente.

©Vicky Arizpe B.




jueves, 18 de mayo de 2017

Golpe final


GOLPE FINAL. 

El daño fue certero. 
Lo violáceo de su piel se evaporó con los días, 
pero el golpe al orgullo quedó profundamente grabado. 
El respeto se le filtró por las fracturas
y ella quedó como un jarrón roto... vacío. 
No hubo perdones que unieran más sus piezas... 
no hubo flores que alegraran su tristeza. 
El daño fue certero. 
El cariño, agonizante, dejó de latir
al comprender que todo en ella había muerto. 
El espejo le regresó la imagen de una mujer marchita
con la ilusión mutilada, 
lloró la muerte de sus sueños
y aspiró una bocanada de valor... 
empacó su dignidad maltrecha y se marchó 
dejando las tumbas de una ilusión tras ella. 


© Vicky Arizpe B. (Sayuri)


martes, 9 de mayo de 2017

Invierno en primavera



Que rápido se nos acabó la primavera, 
temprano nos ha llegado el invierno 
resquebrajando las sonrisas 
y aniquilando la pasión. 
Nos acabamos "el querer" en un sorbo, 
sin pensar en la sed del mañana; 
nos devoramos las ansias 
con tanta voracidad, 
que le dimos fin al deseo... 
y hoy nos quedan las arcas vacías 
y la carne inapetente.
Nos abrasamos con tanta premura, 
que no quedaron cenizas, 
ni rastro
de ese incontrolable fuego. 
Se nos agotó el encanto, el anhelo, 
la ambición, el ensueño... 
Se nos escaparon las ilusiones, 
se nos terminó la ternura 
y nuestras voces, antes cantoras, 
se fueron volviendo silencio. 
Se desvaneció el respeto, 
se diluyó la escucha 
se escapó la alegría 
y hasta el tiempo voló tras ella. 
El cariño agonizó, 
se murieron las sonrisas
y así, simplemente, 
una mañana de abril 
nos llegó el invierno en primavera. 

© Vicky Arizpe B. (Sayuri)

miércoles, 29 de marzo de 2017

Buscando al mago de Oz


BUSCANDO AL MAGO DE OZ. 

Cuando era niña tenía una extraña fascinación por el cuento de "El Mago de Oz", no me cansaba de escucharlo y posteriormente de leerlo o ver la vieja película. Amaba a todos sus personajes; pero sobre todo me encantaba cuando todo se resolvía sólo con chocar los zapatos rojos y decir: "no hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar". 
¡Quién fuera Dorothy!, para resolver todo con un golpe de tacones, repitiendo su oración, quién pudiera soñar y seguir cantando sobre un camino amarillo de esperanzas ...
Un día, revestida con la fantasía de los sueños infantiles, me compré unas zapatillas rojas y salí a buscar el sitio indicado, un lugar al que pudiera llamar hogar. Así paso el tiempo caminando entre la gente, visitando varias casas, varios lugares sin lograr establecerme hasta que mi taconeo se detuvo en unos brazos, pensando que eran mi morada. Pero esa morada también se desvaneció, perdiéndose en la nada; como el pueblo de Kansas tras su ciclón en el cuento; se esfumó dejándome desvalida y perdida en un mundo al cual no pertenecía.
Hoy en mi realidad, donde ya no hay lugar para los cuentos de hadas,quisiera creer en utopías, como quisiera encontrar también al mago de Oz, para pedirle tantas cosas.... quisiera volver a colocarme las zapatillas rojas y seguir nuevamente ese camino amarillo.
Me creí tan inteligente, y me doy cuenta que necesito (al igual que el espantapájaros), un cerebro .. uno que me ayude a pensar objetivamente, que me vuelva práctica, que gobierne al corazón, que me vuelva cautelosa. Pediría también valor como el amigo León, valor para enfrentar mis batallas ésas las que cada vez siento más pérdidas y coraje; coraje para aceptar mis derrotas, sin lamerme las heridas...
Pero sobre todo me urge, como al hombre de hojalata, un corazón... un nuevo corazón, uno que no sea frágil, que no se entuma de dolor por cada desaire, que resista y sea fuerte, que no pare su latido en la ausencia de unos besos...que no sea tan soñador. 
Quién pudiera encontrar al Mago de Oz y robarle sus deseos al espantapájaros, al león y al hombre de hojalata... y después de eso... golpear las zapatillas rojas y volver a la seguridad de un hogar...
"No hay lugar como el hogar, no hay lugar como el hogar"....quien tuviese el alma inocente, quien fuera nuevamente niña para volver a soñar...


©Vicky Arizpe (Sayuri)